25 Apr Dos Escuelas, Una Desigualdad

Por Sandra Hamada

Desde la secundaria, Siria Diego a tenido que viajar a fuera de su comunidad en el sur de Los Ángeles para tener una mejor educación. Esta fue una decisión de su padres al ver que sus hermanos no tuvieron una educación de calidad en el sur de Los Ángeles.

Desde la secundaria, Siria Diego a tenido que viajar a fuera de su comunidad en el sur de Los Ángeles para tener una mejor educación. Esta fue una decisión de su padres al ver que sus hermanos no tuvieron una educación de calidad en el sur de Los Ángeles.

Si yo hubiera asistido a la escuela en mi vecindad, realmente no estaría preparada para la universidad”, dice Siria Diego, una alumna de 17 años que viaja en autobús a las 6 de la mañana, para ir a una preparatoria en el Oeste de Los Ángeles.

Diego es la menor de cinco hijos, criada por padres inmigrantes que están sin empleo y que luchan por mantener trabajos estables.

Una nueva ley estatal que entrega más fondos a los distritos escolares con muchos estudiantes de bajos ingresos, como Siria, así como los que están aprendiendo inglés y menores en cuidado de crianza, otorgará billones de dólares a el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD). La ley se llama la “Fórmula de Control Local para Financiamiento” (LCFF).

Estos fondos crean la posibilidad de mejorar de manera dramática las escuelas en áreas de pobreza concentrada, y así poner fin a los largos viajes como los de Deigo.

“Nuestros padres decidieron conscientemente matricularla a ella en una buena escuela para que tuviera la oportunidad de sobresalir”, dice Glauz, hermano mayor de Diego. El se graduó de Fremont High en el Sur de Los Ángeles y tuvo que tomar pasos adicionales para graduarse de Cal State LA en 2011.

ESCUELAS DESIGUALES

Ronald Lamb se despierta a las 3:30 de la mañana para llegar a su primer trabajo del día. El está criando a su hermana Briana, de 17 años, y a un hermanito menor, desde que falleció su madre y la tristeza destrozo a su padre.

Ronald asistió Westchester High donde, “teníamos todo”, dice, en comparación con la educación que reciben sus hermanos en el Sur de Los Ángeles.

Ya que tenía apenas 19 años, trabaja, y viajaba a la universidad Cal State Northridge tres veces a la semana, Ronald tuvo que dejar a sus hermanos en las mismas escuelas.

“Yo luchaba [por el tiempo]; estudiaba durante mi hora de almuerzo [y] estudiaba muy noche,” recuerda Ronald. “Fue difícil. Y realmente no podía tener a Briana en otro lado [para asistir a la escuela]”.

EDUCACIÓN DESIGUAL

En el penúltimo año de Briana en Fremont, la escuela la colocó en cursos equivocados. Cuando ella pidió que le cambiaran clases, fue rechazada por sus consejeros.

“Yo estaba en mi penúltimo año y tenía tres períodos de clases libres. ¡Era mi año más importante para la preparación universitaria! Me faltaban cursos de biología, química e inglés”.

Briana y sus amigos colectaron firmas de sus compañeros y les explicaron que podían cambiar sus cursos. El distrito no arregló los problemas hasta seis semanas después.

A Briana nunca la ubicaron en el curso de inglés adecuado obligándole a completar ese requisito durante el verano. Ahora en su último año, lucha por cursos de honores y de nivel avanzado, que a cada rato se cancelan.

Mientras tanto, Siria Diego ha tomado seis cursos de honores y de nivel avanzado en el Oeste de LA.

 EL SUR DE LOS ÁNGELES, LA VANGUARDIA DEL PROGRESO

La desigualdad en las escuelas del Sur de Los Ángeles no es nada nuevo.

En 1996, el grupo de jóvenes de la Community Coalition (SC-YEA), obligó a LAUSD a repartir $150 millones de una Propuesta de los votantes para reparaciones básicas, de manera justa a las escuelas. Más tarde, lograron que todas las escuelas ofrezcan los cursos necesarios para solicitar un espacio en las Universidades. Y el año pasado lograron una prohibición a la expulsión de los estudiantes por “desafío intencional”.

En 2012, los residentes del Sur de Los Ángeles contactaron más de 30,000 votantes para aprobar la Propuesta 30, que aumenta los impuestos para financiar las escuelas y los servicios públicos.

CAMBIOS GRANDES AL FINANCIAMIENTO ESCOLAR

Los activistas comunitarios luego trabajaron con los oficiales estatales para adoptar una nueva formula de distribuir fondos a las escuelas.

Ahora, todos los distritos recibirán fondos adicionales si más del 55% de los estudiantes en sus escuelas son de bajos recursos, están aprendendiendo el inglés como segundo idioma, ó estan en cuidado de crianza.

Bajo ese cambio histórico, LAUSD recibirá más de $400 millones el próximo año y hasta más de $2 billones cada año empezando en 2020. Ahora la lucha es para que el distrito distribuya estos fondos suplementales a las escuelas más necesitadas.

“El modelo que escojamos tendrá enormes consecuencias en los próximos años”, dice Dr. John Rogers, profesor y director del Instituto por la Democracia en la Educación y el Acceso (IDEA) en la Facultad de Educación de UCLA.

Rogers está de acuerdo con los residentes y alumnos del sur de Los Angeles.  En lugar de basarse en cuántos estudiantes en una escuela califican para recibir almuerzo a costo reducido o gratis, ellos quieren que se distribuya este dinero a las escuelas en las vecindades con más altas concentraciones de pobreza.

“Aunque yo asisto a la escuela en el Oeste de Los Ángeles, yo quisiera que el dinero se invirtiera en el Sur de Los Ángeles”, dice Siria. “No deberíamos tener que salir de nuestra comunidad para conseguir una educación de buena calidad”.

“Algunas personas dicen que todas las escuelas deben recibir un monto equivalente del dinero estatal, pero yo no”, dice Briana.

“¿Porqué darle lo mismo a nuestras escuelas que a las que ya tienen más recursos?”

Sandra Hamada es directora de los Programas para Jóvenes en Community Coalition.

 

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