Líderes hablan sobre relaciones interraciales en Los Angeles

16 Feb Líderes hablan sobre relaciones interraciales en Los Angeles

La unidad, no el conflicto, es más común después de los disturbios

Unidos en contra de la desigualdad
Marqueece Harris-Dawson,
Presidente y CEO de Community Coalition

Mientras las antiguas tensiones latentes entre la comunidad afroamericana y la policía de Los Ángeles fue un detonante para los disturbios de 1992, las condiciones sociales y económicas proporcionaron el campo fértil para que las tensiones se intensificaran entre los miembros de cada grupo racial. A medida que nuestro sistema económico promovió la transferencia de recursos de las familias trabajadoras hacia los más ricos de la nación, los grupos raciales fueron atraídos a una competencia mortal por los recursos que se estaban desapareciendo.

Hace veinte años estas desigualdades dividieron a la comunidad y fueron la chispa que encendió el conflicto racial. Ahora, estas desigualdades une a las comunidades para luchar juntos con el fin de cambiar las instituciones que perpetúan las desigualdades económicas y sociales. Un ejemplo importante son los estudiantes y padres de familia del Sur y del Este de Los Ángeles que lograron el acceso equitativo a las oportunidades y preparaciones universitarias. Cada día, los residentes afroamericanos, latinos, y asiáticos americanos que viven hombro a hombro en esta ciudad, se juntan para exigir vecindarios y parques más seguros, mejores escuelas y oportunidades económicas para ellos y sus familias.

Mientras el conflicto por cierto sigue existiendo, es la excepción y no la regla.

El movimiento sindical une la división racial
María Elena Durazo,
Secretaria-tesorera ejecutiva del sindicato Los Angeles County Federation of Labor, AFL-CIO

Lamentablemente, durante los disturbios de Los Ángeles en 1992, mucha gente dirigió su ira y frustración en contra de ellos mismos y los empresarios locales coreanos-americanos, entre otros. Pero una causa fundamental de esa ira fue la brecha alarmante vista diariamente entre los ricos de Los Ángeles y las filas crecientes de los trabajadores pobres. Una recomendación clave aportada por una investigación de la universidad Claremont Graduate School fue la sindicalización.

Desde los disturbios, varias campañas para organizar sindicatos han brindado un avance para los conserjes de bajos ingresos, los trabajadores de los hoteles, los agentes de seguridad, los trabajadores del servicio de pasajeros en el aeropuerto, los conductores de los puertos, los trabajadores del lavado de autos y de los servicios sanitarios, los trabajadores de hospitales y las enfermeras. En estas campañas se ven miembros del sindicato de varias razas, etnicidades y profesiones trabajando juntos para apoyar generalmente a la minoría o a los trabajadores inmigrantes.

El movimiento sindical también ha logrado victorias claves en las políticas públicas para rectificar la pobreza, como: las ordenanzas Living Wage (salarios dignos) y Worker Retention (retención laboral). Estas ordenanzas aumentan el sueldo para los trabajadores de empresas que se encuentran haciendo negocio con la ciudad para protegerlos cuando las empresas cambian de mano. La política Project Labor Agreement crea carreras en la construcción con buen sueldo para los residentes de vecindarios con un alto nivel de desempleo.

Aun así, la desigualdad de ingresos es peor ahora que en 1992. ¿Cuál es el remedio? Una respuesta es aumentar el salario mínimo, y la sindicalización sigue siendo la única manera de aumentar los salarios.

Un Koreatown para todos
Alexandra Suh,
Directora ejecutiva de la alianza Koreatown Immigrant Workers Alliance

La crisis civil de 1992 a veces se refiere al “toque de atención” para los coreanos americanos y asiático americanos. Sí y no.
No, porque varios ya prestaban bastante atención. La alianza Koreatown Immigrant Workers Alliance (KIWA por sus siglas en inglés) ya se había comprometido a la organización de trabajadores y por la justicia social antes del disturbio. Después, cuando la comunidad coreana se concentró en los dueños de negocios, KIWA ayudo a lograr indemnización para cuarenta y cinco trabajadores desplazados – coreanos y latinos. Desde entonces, hemos organizado a través de las líneas raciales luchando por los derechos de trabajadores e inquilinos, las zonas verdes en áreas urbanas y más.

Pero sí, porque los coreanos americanos sintieron que sus experiencias y puntos de vista fueron distorsionados durante y después del disturbio. Nuestra comunidad sintió que no teníamos una voz en los medios de comunicación, política, económica, y la cultura dominante. Pero finalmente, eso está cambiando. En los años entrantes se escuchará la voz de la comunidad coreana más fuerte en las arenas políticas y entra otras.

Aun queda en riesgo la postura que etsa voz tomará. Como una organización multirracial basada en Koreatown, KIWA cree que lo que es bueno para los trabajadores inmigrantes va de la mano con lo que es bueno para Los Ángeles – salarios dignos, viviendas económicas y habitables, y vecindarios hermosos para todos.

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