Mi historia

19 Aug Mi historia

Somos iguales que ustedes
Por José Antonio Vargas

Nota del editor: El periodista José Antonio Vargas, ganador del Premio Pulitzer, reveló el año pasado en un artículo para la Revista del New York Times que es indocumentado. Agregó su voz al movimiento de jóvenes indocumentados que buscan un alto a las deportaciones. Le pedimos que compartiera su historia con nosotros.

Jose Antonio Vargas

Está creciendo y formándose un movimiento alrededor de usted – ¿se unirá usted a este movimiento?

Yo nací en las Filipinas. Mi madre me envió a los Estados Unidos para darme una vida mejor. El año era 1993 y mi introducción a la cultura americana fue el juicio contra O.J. Simpson, la saga de patinaje de hielo entre Nancy Kerrigan y Tonya Harding, y el programa de televisión “Seinfeld”.

Cuatro años más tarde, después de ir al Departamento de Vehículos para conseguir un permiso de conducir, me di cuenta que mi tarjeta de residencia era falsa, que no tenía los documentos correctos, y que era lo que muchas personas llaman “ilegal”. Tenía 16 años.

Me llegó la salvación en dos formas. Primero, me dediqué a mi pasión, el periodismo. Lo descubrí a los 17 años y por más de una década me dediqué a escribir y reportar sobre este país, mintiendo sobre mi situación migratoria siendo reportero para organizaciones noticieras prestigiosas como The Washington Post y The New Yorker. Si yo no podía ser americano porque no nací aquí o por medio de no tener documentos, pensé que tal vez lo podría ser con dedicación y trabajo duro.

En segundo lugar, encontré y me apoyé en la familia de amigos – los buenos samaritanos en mi vida, el principal de mi preparatoria, compañeros de trabajo y compañeros de la escuela – quienes me protegieron y me alentaron a seguir trabajando aunque mi familia filipina se puso muy nerviosa cuando empecé a tener éxito en mi carrera.

Fui inspirado por el activismo y la valentía de los jóvenes indocumentados en todo el país, que estaban “declarando” su estatus migratorio y organizando por los derechos de sus familiares y amigos. Revelé mi estatus migratorio en la Revista del New York Times y también en entrevistas posteriores por televisión y radio.

Entonces uní mi voz al coro de voces que están luchando por los derechos de los inmigrantes – promoviendo que se apruebe el Dream Act que daría estatus legal a los inmigrantes indocumentados que llegaron a los Estados Unidos como menores de edad. Insistimos que no importan los documentos, nosotros somos igual que ustedes: seres humanos que merecen dignidad.

Con la energía de los jóvenes indocumentados, el movimiento de derechos por los inmigrantes está empezando a cambiar la conversación. Hace algunas semanas el presidente Barack Obama anunció una directiva para detener la deportación de casi un millón de jóvenes que cumplen con ciertos requisitos. Aunque es temporal y paulatina, la acción de Obama es el evento más importante en la lucha por los derechos de inmigrantes desde que el presidente Ronald Reagan firmó la Ley de Reforma y Control Migratoria en 1986.

Pero la lucha sigue para los más de 10 millones de inmigrantes indocumentados quienes son sus vecinos y compañeros de trabajo, son sus parientes y amigos. Las autoridades siguen deteniendo y deportando a personas. Siguen separando familias. Necesitamos su ayuda.

En un país que fue construido y fortalecido por inmigrantes, los derechos de los indocumentados son los derechos de los estadounidenses. El movimiento por una reforma justa sigue y se fortalece. ¿Se unirá usted a nosotros? ¿Se pondrá de pie y levantará su voz?

El artículo más reciente de José Antonio Vargas estuvo en la portada de la revista TIME con el título “Not Legal, Not Leaving”. Es fundador de Define American, un grupo sin fines de lucro que busca levantar la conversación sobre la inmigración.

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